ACTOS REFLEJOS Y VOLUNTARIOS
Reflejo rotuliano.
ACTOS REFLEJOS
Son aquellos que realizamos sin intervención de la corteza cerebral, es decir, que son ajenos a nuestra consciencia, y, por tanto, a nuestra voluntad. Suelen estar controlados por centros de control secundarios, tales como la médula espinal y los ganglios. Dan lugar a lo que llamamos ACTOS REFLEJOS, producidos por muy pocas neuronas que funcionan formando un ARCO REFLEJO.
Un ejemplo muy ilustrativo de cómo se produce un acto reflejo lo tienes en lo que sucede cuando te quemas o te pinchas en un dedo: lo retiras antes de que llegues a darte cuenta de lo que sucede, precisamente para evitar males mayores. Esta es la función de estos movimientos reflejos: ser rápidos para evitar mayores problemas.
ACTOS VOLUNTARIOS
Todas las vías nerviosas que determinan estímulos y actos conscientes finalizan o arrancan en la corteza cerebral. Debemos, por tanto, diferenciar dos zonas claramente distinguibles por su función:
- La CORTEZA SENSITIVA. Es la encargada de recibir los estímulos captados por nuestros órganos de los sentidos. Está formada por una corteza visual, una zona auditiva, una zona olfativa, una zona sensitiva y el área del habla.
- La CORTEZA MOTORA. Produce las respuestas y las envía a los órganos efectores.
En la interpretación de los estímulos, así como en la posterior producción de respuestas, juegan un papel importante, la memoria, el aprendizaje que hayamos tenido, nuestro estado de ánimo e, incluso, si tenemos hambre o hemos comido. Todo esto da lugar a que, para una misma situación, dos personas produzcan respuestas completamente diferentes, o que un mismo individuo dé diferentes respuestas frente a los mismos estímulos, según sea su situación en cada momento.
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