EL APARATO REPRODUCTOR MASCULINO
El aparato reproductor masculino comparte estructuras con el aparato urinario. Está constituido por las siguientes partes:
- Testículos: son dos glándulas situadas en una bolsa membranosa que pende de la cavidad abdominal denominada escroto. Son los encargados de fabricar los espermatozoides y segregar las hormonas masculinas. Están formados por numerosos túbulos seminíferos, en cuya paredes se forman los espermatozoides.
- Conductos espermáticos: los espermatozoides terminan de madurar en unos diez días, en el epidídimo, tubo situado encima de cada testículo. Desde aquí parten por los conductos deferentes hasta llegar a la uretra.
- Glándulas anejas: vesícula seminal y próstata que segregan sustancias que van a conformar el semen.
- Pene: es el órgano copulador, En su interior se localiza la uretra, conducto a través del cual sale al exterior el semen y la orina, Está constituida por un tejido esponjoso irrigado abundantemente por vasos sanguíneos. Durante la excitación se rellena de sangre aumentando de volumen, dando lugar a la erección. Su parte final se denomina glande y el tejido que lo recubre, prepucio.
FORMACIÓN DE LOS ESPERMATOZOIDES: ESPERMATOGÉNESIS
Los espermatozoides son células móviles con la siguiente estructura:
- Cabeza: aquí se encuentra el núcleo de la célula.
- Cuello: formado por mitocondrias que le suministran energía.
- Cola: responsable de su movilidad.
La producción de los espermatozoides comienzan en la adolescencia y se prolonga durante toda la vida. La espermatogénesis se muestra en el diagrama adjunto.
A partir de una célula germinal diploide, mediante la mitosis, se generan otras dos células idénticas. Se produce la meitosis y se obtiene de cada una de las células anteriores, dos células haploides denominadas espermátidas. Estas espermátidas maduran y se convierten en espermatozoides. A partir de una célula primordial diploide se obtiene cuatro espermatozoides haploides.
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